viernes, 10 de septiembre de 2010

Capitulo 3

Por desgracia era lunes, había disfrutado de mi fin de semana mas de lo que hubiera imaginado, ahora solo me quedaba esperara la llamada de mi Dios griego y la semana seria redonda.
El viernes después del asuntillo de la niña perdida, tenía el tiempo justo para llegar a casa y poder arreglarme, pero como a mi las cosas cada día me salía peor, un accidente en la carretera me habían dejado una hora y media atascada, mis nervios estaba de punta ya que conocía a mi amiga Ángela, sabia que por llegar tarde algo iba a tener que hacer algo para recompensarla. Llevaba semanas organizando todo para la salida de esta noche, ella había insistido en que me tomara la tarde libre, para que llegara a tiempo, pero eso no ocurrió.
Después de llegar a casa corriendo me metí en la ducha, hice todo lo posible por arreglar mi pelo y dejarlo lo mas decente posible, pero eso tenia que ser en cinco minutos, no era mucho por lo que opte por dejarlo suelto secarlo un poco y ponerme una horquilla en el lado derecho de mi cabeza.
Me puse el vestido que con antelación Ángela y yo habíamos elegido el fin de semana anterior, junto con los zapatos y el bolso. Llene el bolso con lo necesario para una noche y me dispuse a salir de mi casa corriendo. Aún no entendía como una cena entre amigas necesitaba tantos preparativos, pero así era ella.
Al llegar al restaurante, di mi nombre en la entrada y me indicaron la mesa donde ya todas me esperaban sentadas.
- Bella….. dijo Ángela.
- lo siento de verdad que no ha sido mi culpa.
- no me digas por favor que te has quedado dormida.
- no, te lo prometo, te puedo asegurar que no he dormido nada esta tarde.
- entonces que es lo que te ha ocurrido?
Entonces fue cuando comencé a relatar todo lo ocurrido en la tarde. Las chicas al principio me miraban con incredulidad, pero esa etapa pasó cuando les conté lo que me ocurrió con la recepcionista y con el placaje que el de seguridad me hizo.
La noche paso amena y muy divertida, al parecer mi amiga tenía algo escondido, y toda esta noche de chicas no era mas que una pantalla para darnos la gran noticia de que se casaba, por fin Ben había abierto los ojos y le había pedido matrimonio a mi querida amiga.
Después de la cena decidimos ir un rato a un pub, a mi no me hacia mucha ilusión pero a las chicas les encanto la idea asique me aguante, un par de horas en ese lugar no me iba a matar.
Cuando llegamos, nos sentamos en una mesa un poco alejada del barullo de la pista de baile. Al poco rato de estar allí, sentadas una camarera se nos acerco para ver que era lo que queríamos tomar.
Al principio pedí una botella de agua pero Ángela anulo mi pedido y me pidió un Martini blanco. Después de que recibiéramos nuestras bebidas, intentaron sobre todas las cosas que saliera a bailar, pero en eso si que me negué rotundamente.
Estaba por levantarme para ir al baño cuando un chico se sentó a mi lado.
- hola guapa.
- hola. dije secamente.
- de seguro que me estabas esperando, verdad guapa?
- no lo creo la verdad, si me disculpas. Le dije mientras me levantaba.
- espera monada que no hemos acabado.
- pues yo creo que si. Me di la vuelta pero me agarro del brazo.
- suéltame.
- ven preciosa, vamos a un lugar mas tranquilo que aquí no te escucho bien.
- que no que me dejes en paz, pero de que ….
No me dejo hablar más, me arrastro a una de las puertas laterales que había en el local, mire a los lados pero no había nadie, esto me daba muy mala espina, por mucha fuerza que hacia no podía soltarme de él, cada vez estaba mas nerviosa y algunas lagrimas empezaron a anegar mis ojos.
- por favor….. suplique. Suéltame.
- pero si tu y yo lo vamos a pasar genial, no seas amargada. Dijo mientras se acercaba a mi y comenzaba a tocarme.
- suéltame!!!! Grite.
- no, no.
- creo que la señorita te dijo que la soltara y yo si fuera tu lo haría.
- porque no te largas que no ves que estamos ocupados.
De un momento para otro mi acosador se encontraba en el suelo, mientras que mi salvador se acercaba a mi con cautela.
- bella? Estas bien? Pregunto, no sabía que me conocía. Levante la vista del sulo para poder mirarlo. Y ahí estaba él.
- estoy bien gracias. Como esta Anne?
- ella esta bien. Se encuentra con mi madre. De verdad estas bien?
- si enserio, tranquilo. Le dije a Edward. .- que te trae por aquí?
- mi hermano y mi cuñado me secuestraron esta noche, no quería salir, pero básicamente me secuestraron. Y tu?
- vine con unas amigas para celebrar que una de ellas se acaba de prometer.
- te parece si te invito a algo de tomar? Pregunto con cautela.
-claro, conteste.
Entramos de nuevo al local y fuimos hacia la barra juntos. Esta vez si que pedí mi botella de agua mientras el tomaba una cerveza.
- bueno cuéntame un poco de ti, si no te importa.
- no soy muy interesante que digamos, hace poco me gradué, soy editora, en la editorial Vulturi.
- vaya con que eres de la competencia.
- bueno, se podría decir. Pero que conste que mande currículos a las dos empresas, solo que ellos me contestaron y vosotros no.
- mira que es extraño porque andamos bastante cortos se personal, pero no me voy a poner a hablar de trabajo ahora, pero si vuelves a necesitar trabajo simplemente pásate por mi despacho. Todavía te debo una por lo de esta mañana.
- no me debes nada, lo hice con gusto.
- yo no estoy de acuerdo, creo que por lo menos te debería de invitar a cenar un día no?
- eso es una propuesta? Pregunte picara.
- depende si quieres que lo sea.
- eso no es una respuesta y lo sabes.
- esta bien, quieres ir a cenar un día de estos conmigo?
- si insistes de esa manera no podría decirte que no. Dije y reimos juntos. Entonces fue cuando vi a Ángela llamándome con la mano.
- me tengo que ir, mi amiga me llama.
- esta bien, si me das tu teléfono te puedo llamar y asi concretamos nuestra cena.
- esta bien, dije mientras cogía su teléfono y le copiaba mi numero de teléfono.
- ya esta. Dije cuando había terminado.
- a sido un gusto volver a verte Bella.
- lo mismo digo Edward. Nos vemos. Y me fui en dirección a Ángela.
- quien era ese? Pregunto.
- Edward, el padre de la niña que me encontré esta tarde.
- valla…. Y de que hablaban?
- me ha invitado a cenar, para darme las gracias.
- y tu has aceptado no?
- claro.
Después de que decidiéramos entre todas que ya era hora de irnos, estaba cansadísima cuando llegue a casa y para lo único que mi fuerza llego, fue para cambiarme de ropa y tirarme encima de la cama.
El domingo paso sin más, trabaje algo en algunos de mis proyectos y limpie un poco la casa. Cada dos por tres miraba mi teléfono móvil para ver si sonaba, pero era muy pronto, me decía a mi misma, pero no lo podía remediar.
El lunes por la mañana iba súper feliz a trabajar, llegue a mi oficina y mi secretaria me dijo que había una reunión importante a la que no podía faltar, en la sala de juntas. Deje mis cosas sobre mi escritorio y salí para allá.
Al llegar me senté junto con Ángela u otras chicas.
- sabéis que es lo que pasa?
- ni idea, solo nos dijeron que viniéramos y aquí estamos.
Como a los cinco minutos tres personas vestidos de trajes se presentaron a nosotros como agentes del FBI.
Al parecer, nuestro querido jefe, mas que editor, era uno de los mayores traficantes de drogas del país y la editorial, era solo una pantalla para que aprte del dinero pareciera legal.
Los señores nos estuvieron explicando todo lo posible para que nosotros pudiéramos llegar a entender las cosas, a mi lo que se me quedo grabado fue, “las cuentas del señor Vulturis están congeladas”. Levante la mano para que me diera permiso para hablar.
- señorita tiene alguna pregunta?
- la verdad es que si. Con eso de que las cuentas del señor vulturi están congeladas nos quiere decir que no vamos a cobrar no?
- esta usted en lo cierto. Un murmullo se generalizó por toda la sala.
- y cuales son nuestras opciones? Volví a preguntar.
- la empresa será puesta a la venta, lo mas posible cuando todo esto alla acabado, mientras tanto ustedes pueden elegir, quedarse y esperar o renunciar y buscar un nuevo empleo.
Poco después la sala fue desalojada y yo me fui a mi despacho a pensar que diablos iba hacer ahora, podría pedir ayuda a Edward, el dijo algo de que estaban faltos de personal, pero sería abusar y no me gustaba ser pesada. Un ruido me saco de mis pensamientos, mi móvil sonaba dentro de mi bolso. Me levante para cogerlo.
- si? Pregunte.
- buenos días la llamos desde la editorial Cullen, usted nos mando un currículo…..
El chico seguía hablando y yo solo miraba hacia el techo y dije mentalmente. Gracias!

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