martes, 22 de marzo de 2011

Capitulo 11 "UN NUEVO COMIENZO"


CAPITULO 11

Los ojos de Bella  se fueron abriendo poco a poco, la luz se filtraba a través de la ventana, una ventana que  a Bella no le sonaba de nada.  Echó un vistazo a su alrededor, se encontraba en una habitación blanca con una cenefa azul como a media altura en las paredes. La cama en la que estaba tumbada era bastante incómoda, el colchón muy duro y la almohada demasiado blanda para su gusto.
Algo le molestaba en la cara, alzó su mano a la altura de su nariz para tocar un tubo fino que le proporcionaba oxigeno. Miró hacia la parte baja de su cuerpo, tenía una pierna escayolada y también un brazo.
Poco a poco recuerdos llegaron a la mente de Bella. Alguien la atacaba por la espalda, la empujaba y le daban patadas a la altura de sus costillas. Tocó allí donde la habían golpeado. Una venda le cubría el tórax.
Algo llamó la atención de Bella a su derecha, giró para encontrarse a Edward. Un Edward dormido sobre una de esas sillas incomodas de hospital, él era demasiado grande para esas sillas. Pensó Bella.
Sus ojos se fijaron en una botellita de agua que había en una mesa supletoria a su lado, notó su garganta seca. Intento alcanzarla pero no pudo, intento moverse un poco más al borde de la cama, pero un dolor agudo le recorrió por el cuerpo.
- Edward! Su voz era ronca, ni ella misma la reconocía. Edward no contesto.
- Edward! Volvió a llamarlo. Empezó a removerse en la silla. Poco a poco fue abriendo los ojos. Tenía grandes ojeras azules bajo sus ojos. Una vez terminó de abrir los ojos, su visión se enfoco en Bella. Quedó sorprendido al ver que ella estaba despierta. Que le miraba a los ojos, con esos grandes ojos marrones que ella tenía, sus eran muy expresivos, pero en ese momento no supo que era lo que sentía en su interior.
- Puedo beber algo de agua? Le preguntó Bella.
El estaba asombrado, los médicos le había dicho que se iba a recuperar, incluso su padre se lo dijo, pero estaba aterrado, tenía miedo de que ella no despertara nunca, de no poder volver a verla sonreír, o de no poder besas sus labios. Él sabía que la amaba, no hacía mucho tiempo que se conocían, eso era verdad, pero no necesitaba más tiempo para saber que él estaba enamorado de Isabella Swan. Aún no se lo había dicho, pero eso se podía arreglar y pronto.
- No puedes beber pero si te puedes mojar un poco los labios y refrescarte la boca. Le contesto él, feliz de ver que por fin estaba despierta y también de que podía apartar un poco más al fondo sus miedos.
- Me ayudas? Pregunto ella intentado incorporarse un poco en la cama.
- Claro. Le contestó él.
Una vez que Bella estuvo mejor acomodada, Edward le acerco el agua con una pajita para que no se mojara. Bella como Edward le había informado, simplemente se mojo un poco los labios y se refresco la boca.
Una vez había terminado, Edward dejó la botella en su sitio. Sin previo aviso la abrazo con cuidado de no hacerle daño. La besó por la cara, besó sus mejillas, sus parpados, sus sienes y por ultimo pero no más importante sus labios. Fue un simple roce, pero ese roce a Edward le supo a gloría.
- Voy avisar al médico para que venga a revisarte.
Se aparto de ella para salir de la habitación, avisó en el puesto de enfermeras que Bella había despertado, enseguida se pusieron en marchar para llamar a su médico.
Edward volvió a la habitación donde encontró a Bella tocándose con cuidado las costillas.
- Te duele? Preguntó él cuando estuvo a su lado.
- Un poco. Contestó ella. – Más que dolor es quizás incomodidad, no me puedo mover. Me frustra.
- Vas a necesitar paciencia, tendrás que estar vendada algunas semanas.
- Que bien!! Se quejo ella.
Él se sentó a su lado y le tomo la mano.
- Que fue lo que pasó? Le preguntó él.
Ella arrugo su ceño.
- Salí de la oficina y fui hasta mi coche, tenía las llaves del coche en la mano, pero aún no había abierto cuando me empujaron. Después de eso no recuerdo muy bien… No se… creo que me volvieron a empujar, el caso es que al final acabé en el suelo. Fue entonces cuando comenzó a darme patadas… Intente defenderme, pero me dolía todo el cuerpo, no tenía fuerza.  Bella Hizo una pausa.
- Era un hombre?? Preguntó Edward.
- Si, no me di cuenta que era un hombre hasta el final… Alguien tocó la puerta. El médico ataviado con una bata blanca entro en la habitación.
- Como se encuentra Isabella? Pregunto.
- Bien, pero tengo sed. Además me duele esta zona de aquí. Dijo señalando sus costillas.
- Es normal, tiene un par de costillas rotas. El médico se acerco a ella, le revisó la tensión y le colocó el termómetro. También pasó una linternita por los ojos. – Puede mojarse los labios, pero intente no ingerir nada hasta que las enfermeras se lo digan.
- Parece que todo está correcto.  Daré orden a las enfermeras que te den un analgésico dentro de un rato. No dejes que te duela mucho, cuando notes algo, avísanos, si?
- Vale. Cuando puedo ir a casa??
- Tan mal la tratamos, que ya nos quiere abandonar?
- No es eso pero mi cama es bastante más cómoda que esta. Dijo ella con una pequeña sonrisa en su cara.
- Si eso es cierto, la dejaremos hoy en observación, si mañana todo sigue igual que hoy, podrá irse a casa.
- Eso es estupendo.
- Muy bien, esta tarde pasaré a hacerte otra visita.
- Gracias. Le contesto.
Unos minutos después de que el médico abandonara la habitación, Edward dijo.
- Llamaré a mis padres. Voy a avisarlos de que ya has despertado.
- Vale.
Edward sacó el móvil de su bolsillo y se puso en contacto con sus padres. Su madre estaba feliz de que ya hubiera despertado y estaba deseando de verla al igual que Anne cuando se enteró de que Bella se iba a poner bien. Su padre más profesional le pregunto a su hijo lo que el médico había dicho sobre la evolución de Bella. Se alegro cuando le dijo que si todo iba como hoy mañana mismo podría irse.
La noticia de que Bella despertó, se corrió por toda la familia de Edward, amablemente todos pasaron por el hospital con algún tipo de presente para ella. Casi todo eran bombones y algunas flores, como no podía comer fue acumulando algunas cajas sobre la mesa. Una de esas cajas desapareció cuando Rosalie y Emmet llegaron, este último con una gran oso de peluche que sería casi tan grande como Bella sentada.
- Están muy ricos Bellita, estas segura que no quieres ninguno? Pregunto Emmet con la boca llena.
- No puedo. Pero me alegran que te gusten. Le contesto Bella.
- Emmet no crees que debería dejar de comerte los bombones de Bella? Pregunto Edward divertido.
- A ella no le importa que me como alguno verdad? Tiene muchos. Dijo haciendo un puchero a Bella.
- Como tranquilo, si yo me tuviera que comer todos esos bombones me quedaría tan redonda como uno de ellos. Dijo con una gran sonrisa en la cara. Hizo un gesto de desagrado al sonreír, la cara le dolía por culpa de los golpes, con algunos movimientos.
La puerta sonó un rato después. Un par de cabezas uniformadas se asomaron.
- Podemos pasar? Preguntaron.
- Claro, contesto Edward levantándose.
- Bueno nosotros nos vamos. Dijeron los chicos. Espero que mañana la visita sea en casa. Dijo Rosalie.
- Yo también lo espero, gracias por venir. Dijo Bella.
- Nos vemos mañana Bells.
Dos policías entraron cuando los chicos salieron de la habitación.
- Nos han avisado de que ha despertado y queríamos saber si podríamos hablar con usted, señorita.
- Esto… Si claro.
- Es una visita de rutina. Dijo uno de ellos.
- podría contarnos lo ocurrido la noche pasado? Pregunto.
Bella le contó lo mismo que le había dicho a Edward horas antes, la única diferencia fue, que les termino de decir lo que a Edward no pudo, por la interrupción del médico.
- Una vez paró de golpearme, se agacho y me dijo, “Muerte para las zorras”.
- Eso fue literal? Pregunto uno de los agentes.
- Con esas mismas palabras.
- Bueno, pues esto es todo, si recuerda algo, lo más mínimo, póngase en contacto con nosotros.
- Seguro. Dijo ella.
Cuando los agestes se marcharon, Edward Volvió a sentarse en la silla, las horas pasaban y fuera ya estaba oscuro. Bella se giro hacia él y le dijo.
- Edward porque no te vas a casa? Preguntó. A él la pregunta le llegó de sorpresa.
- Quieres que me valla? Pregunto él un poco ofendido.
- Sabes que no es eso, pero necesitas dormir y en esa silla no lo vas hacer.
- Me iré mañana, pero contigo en mis brazos.
- Puedes recogerme mañana y me llevas a mi casa, pero no hace falta que te quedes aquí toda la noche. Te recuerdo que tienes una hija.
- Mi hija está con su abuela, asique no te preocupes por eso. Y olvídate de que mañana te lleve a tu casa, porque si lo crees así estas equivocada.
- Y porque?  Pregunto con los ojos muy abiertos.
- Porque no te vas a ir a tu casa sola, así como estás.
- Y donde voy a ir??
- A mi casa por supuesto.
- No puedo ir  a tu casa Edward.
- Si puedes y lo harás, esto no entra en discusión.  Dijo él cruzando los brazos sobre su pecho. – Bella, piensa un poco por favor. Tienes una pierna un brazo y algunas costillas rotas, de verdad piensas que estas como para irte a tu casa tu sola??
- Bueno viéndolo desde ese punto de vista, quizás no.
- Esta claro, por eso te vendrás a mi casa.
- Esta bien pesado, pero cuando esté bien, me vuelvo a mi casa.
- Ya lo veremos. Lo dijo tan bajito, que casi ni lo oyó.
- Que has dicho?? Pregunto ella asombrada de que creía que había escuchado.
- Nada… dijo con su sonrisa torcida.
- Si claro.
Estuvieron un momento en silencio, hasta que Bella lo rompió.
- Al menos túmbate aquí conmigo no?? Le dijo ella.
- No quiero hacerte daño.
- No me lo harás. Dijo ella mientras se apartaba un poco para dejarle hueco en la cama.
Edward no dijo nada, simplemente se subió a la cama y se acomodo junto a ella.
- Descansa. Le dijo él.
-Tú también. Le contesto ella.
………
Se podría decir que esa no fue la mejor noche de Bella. Era una cama pequeña para que durmieran dos personas, por lo que Bella se pasó la mayor parte del tiempo sobre Edward.  Bella se despertó unas tres de veces durante la noche, una de ellas la despertaron las enfermeras para que se comiera un yogurt y para informarle que podrí beber agua con prudencia. La segunda vez que se despertó fuer para ir al baño, le dieron una cuña para que hiciera sus necesidades sin tener que levantarse de la cama, cosa a al que Bella se negó en redondo, Edward la ayudó a llegar al baño. La tercera vez que se despertó fue por dolor, le dolía un poco el brazo pero lo que no era capaz de soportar era el dolor de la pierna. Por lo que llamarón a la enfermera para que le diera algún tipo de analgésico, no se enteró de nada más por la noche, cuando despertó ya era de día.
Edward estaba dormido a su lado, con los ojos abiertos, mirándola con intensidad.
- Como has dormido? Pregunto ella.
- He tenido noches, mejores, pero también peores.
- Lo siento.
- No lo sientas, tú no tienes la culpa.
- Claro que si, si no fuera por mí no estarías aquí, durmiendo en una cama de 80 conmigo.
- Tengo que recordarte que tú me digites que me fuera a casa y yo te conteste que no. Bella si estoy aquí es porque quiero, porque quiero cuidar de ti.
- Sabes que eres un sol?? Eres el mejor novio del mundo. Dijo ella besando sus labios.
- Eso no me lo habían dicho nunca, pero me alegra que me tengas en tan alta estima.
Se acurrucaron en la cama y quedaron en un silencio cómodo, que fue roto con la entrada de una de las auxiliares con el desayuno de Bella.
La chica dio los buenos días, dejo la bandeja en la mesa supletoria y se marchó sin más.
- Veamos qué es lo que tienes para desayunar. Dijo Edward mientras se levantaba de la cama y abría la tapa de la bandeja.
- No se ve muy apetecible. Dijo una vez que lo vio.
- Que es? Pregunto Bella.
- mmm yogurt y manzanilla. Contesto él.
- Comételo tú, yo no lo quiero. No me apetece. No se porque se empeñan a alimentarme a base de yogures?? Dijo Bella enfurruñada.
- Aún tienes anestesia en el cuerpo, tienes que eliminarla. Puede que los alimentos te revuelvan el estomaga y te hagan vomitar.
- El yogurt si que me hace vomitar. Los odio, no me gustaban ni cuando era pequeña y anoche me obligaron…
- Si todo está bien, hoy nos darán el alta y podrás comer lo que te apetezca.
- Esa idea me gusta. Cuando dices que viene el médico a firmar mi alta?? Pregunto Bella divertida.
- No lo he dicho, la vedad no tengo idea cuando va a venir, puede ser por la mañana o por la tarde, tenemos que esperar.
- Estoy harta de esperar.
- Pareces una niña pequeña. Se burlo Edward.
- Solo quiero irme a casa.
- Ya lo sé cariño. Dijo él mientras se acercaba a abrazarla.
La mañana fue pasando tranquila y muy aburrida. Vieron la televisión, pero no había nada que les gustara, por lo que terminaron apagando el aparato. Como sobre las diez llegaron Esme, Anne y Carlise. Estuvieron con nosotros como tres cuartos de hora. La niña se puso muy contenta al conocer la noticia, Bella se iría a vivir con ellos una temporada. Era cerca de la una del medio día cuando Bella ya había perdido la esperanza de poder irse a casa antes de comer. Pero estaba equivocada a la una y cinco, el médico entró en la habitación. Revisó a Bella igual que el día anterior, gracias a Dios todo estaba bien, por lo que firmo los papeles necesarios para que se pudieran ir a casa.
Edward con mucha paciencia ayudó a Bella a vestirse con la ropa que Alice le había traído la tarde anterior. Consistía en una falda un poco debajo de la rodilla con vuelo negra, una camiseta de tirantes rosa palo a juego con unas bailarinas del mismo color, de ellas solo se podría poner una, ya que un pie lo tenía escayolado. También le trajo una chaqueta de hilo, negra también.
Se arregló el pelo como pudo, se hizo una coleta alta y se dio algunos coloretes que tan amablemente Alice le había traído junto con la ropa.
Una vez listos, Bella se sentó en una silla de ruedas. Edward la empujo hasta el coche, una vez allí acomodó lo mejor posible a Bella en el coche y volvió a la entrada del hospital a devolver la silla.
Llegaron a casa de Edward como una hora más tarde. Edward tomo a Bella en brazos y entraron a la casa. Edward la depositó con mucho cuidado sobre el sofá.
- Bienvenida a casa. le dijo él en el oído.
- Gracias. Le contesto ella.
Hicieron pasta para comer, rápida y sencilla. Bella creyó estar en el cielo cuando tomo el primer bocado. Tenía tanta habría que se hubiera comido todo de un bocado, pero se comporto y comió despacio para que no le sentara mal y al final Edward tuviera razón.  Después de comer Edward recogió los platos de la mesa y lo metió todo en el lavavajillas.
- Quieres tumbarte un poco en la cama tienes cara de estar cansada. Dijo Edward sentándose a su lado.
- No quiero quedarme ahora dormida si no luego me costará mucho dormir por la noche, Cuando viene Anne?
- Mañana la traerán mis padres cuando vengan a verte.
- Vale, que te parece si vemos una película.
- Por mi perfecto. Dijo él.
Se acomodaron en el sofá y pusieron una comedia-romántica. Bella no lo soportó y se quedó dormida minutos antes de que se acabara la película, intento aguantar pero al final el cansancio pudo con ella.  Edward fue a su habitación y abrió la cama para meter después a Bella, volvió al salón tomo a Bella en brazos y la llevo hasta la cama. La arropo y la dejo descansar.

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