sábado, 25 de septiembre de 2010

VAMPIROS DE RENOMBRE

VAMPIROS FAMOSOS


En el siglo XV, uno de los príncipes de Valaquia, provincia bajo la dominación turca, ubicada entre los Alpes de Transilvania y el Danubio, es conocido con el nombre de Vlad Dracul, este ultimo término significa dragón, el emblema del rey. Cuando su hijo Vlad IV, nacido en 1430, lo sucede a la edad de veinticinco años, recibe el título de Drácula, es decir, hijo del Dragón.

Desde su infancia, Vlad tepes es confrontando con la violencia. Ve a su padre asesinado y su hermano mayor enterrado vivo.
Fue educado como cristiano en Transilvania, pero su padre le dejo como rehén entre los turcos cuando solo tenia trece años, y de repente el joven Drácula se encontró rodeado de personas cuyo lenguaje y religión no comprendía. El padre y la madre de Drácula volvieron a casa dejando abandonado al chico en Turquía, y el sultán le retuvo allí como una especie de seguro humano que le garantizaba que el padre de Drácula no le atacaría. El joven Drácula fue enviado en barco hasta el castillo de Egrigoz, una fortaleza que se encontraba a gran altura en las inaccesibles montañas del Asia Menor. Drácula estuvo prisionero hallo desde 1444 hasta 1448, cuando le llego la horrible noticia de que su padre había violado la promesa hecha al sultán y había declarado la guerra a los turcos... siendo plenamente consiente de que obrando así ponía en peligro la vida de su hijo. El padre llego al extremo de hablar de ello en una carta dirigida a varios pueblos y ciudades de Transilvania. Esta terrible traición debió enseñar a Drácula que la vida no vale gran cosa. Por suerte -pero no gracias a su padre -, el sultán decidió no replicar matando a Drácula, y siguió utilizándolo como peón en sus planes y negociaciones diplomáticas. Vlad Drácula acabó consiguiendo hacerse con el poder en el sur de Rumania gracias al apoyo de los turcos.

Vlad Tepes a pesar de sus sombría personalidad, es aún considerado por muchos rumanos como héroe nacional por haber intentado liberar las provincias rumanas de Valaquia, Moldavia y Transilvania del demonio de invasor turco. El es uno de los jefes guerreros mas temido por las tropas de ocupación del sultán Mehmed el Conquistador. Sin embargo, en 1462, es vencido y debe refugiarse en Hungría, donde es nuevamente tomado prisionero por razones políticas hasta 1473.

Drácula no quería alrededor ningún heredero en potencia que pudiera desafiar su poder absoluto. En una ocasión en que estaba de muy mal humor, su amante cometió la imprudencia de creer que podría animarle diciéndole que estaba embarazada porque daba por sentado que Drácula se alegraría de oír esa buena noticia.
Drácula no se alegro <> le dijo, y tomo un cuchillo y la abrió en canal para que <>. Drácula utilizó todo tipo de procedimientos para eliminar a cualquier joven rival al trono: el padre de Drácula había sido ilegitimo y consiguió reinar, por lo que Drácula procuró librarse de tanto hijos legítimos como ilegítimos.

El empalamiento en una estaca de madera o hierro, es su método favorito para deshacerse de los prisioneros turcos o de sus opositores -de ahí si sobrenombre. En el siglo XV, su crueldad es conocida y grabado alemán de 1499 lo muestra festejando en medio de los cadáveres empalados. Se estima entre 50.000 y 100.000 el numero de sus víctimas empaladas, quemadas o incluso desolladas vivas durante su corto reinado de una decena de años. Como sutil refinamiento el príncipe a menudo manda engrasar o arromar la punta de las estacas para prolongar la agonía de sus ejecutados.
Su sadismo no conoce limites: crónicas locales cuentan que para castigar a unos emisarios turcos que no se descubrieron en su presencia, ordena que se les clave fez en el cráneo. En otra ocasión, manda reunir a una gran cantidad de pobres y minusválidos en una amplia sala cerrada bajo el pretexto de invitarlos a un banquete y ordena prenderle fuego. Un día Vlad le pregunta a un amigo que piensa del Bosque, en el cual se encontraban un sin fin de personas empaladas.
Y el amigo responde : "Pues, huele un tanto mal..." Entonces Vlad lo empaló y le pregunto : "¿estando ahí arriba le hace oler mejor?".
Empalaba generalmente a los infieles y mujeres promiscuas, Vlad no solo empalaba personas también los mataba cortando sus órganos sexuales o desollándolos vivos y después exponiéndolos en público.
Vlad disfrutaba las ejecuciones en masa. En otra ocasión, Vlad mandó poner una mesa, con un banquete delante de sus víctimas empaladas, para disfrutar de una lenta cena en medio de ese paisaje de agonía y muerte.
Tras haber invadido la provincia de Cinibio, incendio muchísimos pueblos muy habitados y, con este talante, arrastro hasta Valaquia a muchos hombres
encadenados, a los que hizo empalar.
Algunos mercaderes, que se sentían atraídos por la promesa de recibir protección por parte del estado, fueron despojados de todos sus bienes y asesinados mientras atravesaban Valaquia cargados de mercancías preciosas.

Ordeno que le llevaran desde Vurcia a 400 niños parar enseñarles la lengua de Valaquia; en lugar de eso, los hizo encerrar en un horno para ser quemados .
Hizo que asesinaran a los hombres mas nobles de su estirpe y a todos sus parientes cercanos, junto con sus mujeres e hijos. Hizo enterrar a algunos
de sus servidores hasta el ombligo y los atravesó con sus flechas; a muchos otros los desolló.

Capturó en batalla a un cierto Daym, hijo de otro Daym voi-voda; mientras estaba todavía vivo y consciente, le hizo construir una tumba y ordenó a los
sacerdotes que celebraran sus exequias; una vez éstas se hubieron llevado a término, cortó la cabeza al prisionero. Cincuenta y tres embajadores que habían sido invitados por los transilvanos fueron arrojados a prisión y, tras haber invadido sus tierras, aprovechando la circunstancia de que no podían tener ninguna actitud hostil, lo arrasó todo a hierro y fuego. Hizo empalar a Ceilino, jefe de sus tropas, porque no había sabido satisfacer su monstruosidad.

Hizo empalar hombres de Vurcia, que habían caído en sus manos mientras se dirigían a otra provincia. A un cierto Zegano, que rechazó colgar con sus propias manos a un ladrón que había sido hecho prisionero, lo hizo cocer en una gran caldera y lo dio a comer a sus conciudadanos. Llegó a arrancar del seno de sus madres a bebés que estaban mamando para estrellarlos contra una roca ante ellas. Llegado a la provincia de Transilvania, convocó a todos los valacos que allí habitaban, ofreciéndoles su amistad; una vez los tuvo reunidos, lanzó a los soldados contra ellos y los exterminó; luego, incendió sus poblados. Se dice que con estos métodos mató a más de 30.000 personas.

En el año 1462, el emperador de los turcos, a cuyo poder estaba sometido, le pidió un tributo. Él respondió que iría personalmente hasta Adrianópolis para llevárselo, luego pidió una carta que mostrar a los prefectos del lugar para poder viajar, mató a los prefectos turcos que fueron a su encuentro y, tras realizar verdaderas masacres en las poblaciones que encontraba a su paso, mató a más de 25.000 personas de ambos sexos, entre las que perecieron incluso algunas bellísimas vírgenes, si bien habían sido pedidas como esposas por los valacos. Llevó hasta Valaquia a un gran número de prisioneros, algunos de los cuales fueron desollados, otros fueron asados sobre el fuego atravesados por varas de hierro y otros fueron hechos en aceite hirviendo; los restantes fueron empalados; el campo en el que sucedieron estos hechos parecía una selva de palos. L. J Tras haber cometido tales fechorías, fue por fin capturado por Matías, rey de Hungría, el mismo invierno en el que el papa Pío volvió a Roma procedente de Todi. [...]

Durante una batalla con los turcos que tubo lugar a finales de 1476, Drácula de puso el uniforme de un soldado turco para poder inspeccionar mejor el campo de batalla. Se encontró con unos cuantos soldados suyos, y se supone que no lo reconocieron a causa del disfraz de turco y le dispararon flechas. Drácula mato a cinco o seis soldado con su lanza, pero la inferioridad numérica era abrumadora: los soldados dispararon mas flechas y le mataron. Después le cortaron la cabeza y se la entregaron a los turcos como trofeo de victoria porque los soldados turcos seguían teniendo un miedo terrible al hombre a quien llamaban el <>. El sultán exhibió la cabeza de Drácula en las murallas del castillo Topkapi de Estambul.

Elizabeth Bathory

En 1546 Vlad Dracolya y una expedición comandada por el Príncipe Steven Bathory de Transilvania rodeó Wallachia para reclamar el trono de Vlad. Aproximadamente un siglo después Elizabeth Bathory se convirtió en el terror de Transilvania y en la Vampiresa más reconocida en la historia del mundo. La Condesa Elizabeth Bathory era una lesbiana que perpetraba increíbles crueldades en sus sirvientas y ciervas. El castillo de Csejthe, una fortaleza ubicada en lo alto de una montaña desde donde se observaba la Villa de Csejthe, éste era el lugar conocido por los pobladores del lugar como el Castillo de los Vampiros y la Condesa Sangrienta. Nacida en Hungría en 1560, Elizabeth Bathory contaba en su familia con una larga lista de Sátiros, Lesbianas y Brujas. A la edad de catorce, resultado de sus amoríos con un plebeyo, dio a luz a un hijo en la mansión de la Condesa Úrsula Nadasdy su futura suegra. Elizabeth Bathory y el Conde Ferencz Nadasdy habían estado comprometidos desde la edad de once, el matrimonio se llevó a cabo el 8 de mayo de 1575 cuando Elizabeth tenía 15. En esos días, muchísimo antes de la liberación femenina, Elizabeth Bathory mantuvo su propio Apellido, mientras que el Conde cambió el suyo a Bathory. El Conde prefirió el campo de batalla a la vida doméstica, por lo cual se ganó una reputación como "El Héroe Negro" de Hungría. Mientras Ferencz estaba en alguna de sus campañas de batalla Elizabeth Bathory empezó a visitar a su tía lesbiana, Karla Bathory, en donde o se le permitía participar en la orgías de la mujer. Fue entonces cuando Elizabeth Bathory se dio cuenta de sus verdaderas ambiciones, infligir dolor en jóvenes damiselas, mas no únicamente se dedicó a los placeres carnales, también desarrolló un gran interés en la magia
negra. Thorko un sirviente en su castillo, la instruyó en las artes de la brujería y a la vez la alentaba en sus tendencias sádicas. "Thorko me ha enseñado una nueva", escribió Elizabeth a Ferencz "Atrapa una gallina negra y golpéala con una rama blanca hasta que muera. Guarda la sangre y embárrala en tu enemigo. Si no tienes posibilidad de embarrársela en el cuerpo al menos obtén alguna de sus ropas y embárrala en ella". Su iniciación en el Vampirismo Cuando la Condesa se vio envuelta románticamente con algún extraño de ropas negras, de tez pálida, ojos obscuros y dientes anormalmente afilados, los pobladores de la villa, que creían en los Vampiros, tuvieron mas razones para temer del castillo de Csejthe. Debido quizá a la imaginación, se dice que aquel extraño era el mismo Drácula que había regresado de la tumba. Un día la Condesa regresó sola de un paseo al cual había salido con aquel extraño y algunas personas afirmaban que le habían visto en las comisuras de su boca señales de sangre. Cuando el Conde Nadasdy regresó, rápidamente perdonó la infidelidad de su esposa. Una vez instalada firmemente en su castillo, Elizabeth Bathory experimentó nuevas depravaciones con la ayuda de Thorko, Ilona Joo (la nana de Elizabeth), las brujas Dorottya Szentes y Darvulia y el brujo mayor Johannes Ujvary, con su ayuda de Elizabeth Bathory capturaba jóvenes mujeres voluptuosas en su castillo y las llevaba a un cuarto subterráneo, que en realidad era una cámara de tortura, y las sometía a las peores crueldades de las que era capaz. Bajo el pretexto de castigar a sus sirvientas por realizar mal tareas triviales, Elizabeth Bathory usaba hierros de marcado, cera derretida y cuchillos para sangrar a las jóvenes. En una ocasión cubrió las vestiduras de una joven con miel y la dejó a la merced de furiosos insectos del bosque. Pronto la Condesa empezó a atacar a sus víctimas con sus dientes, mordiéndolas en el cuello, mejillas y hombros. La sangre se convirtió en una obsesión cada vez más grande para Elizabeth Bathory y continuó con sus torturas usando ahora navajas, antorchas y sus propios utensilios de tortura hechos en plata. Elizabeth Bathory fue una mujer de belleza excepcional, su largo y obscuro cabello contrastaba con la blancura de su piel, sus ojos ámbar tenían la mirada de un gato y su figura era voluptuosa. Era excesivamente vanidosa y su narcisismo la llevó cada vez más a las profundidades de la perversión. Joven de Nuevo Conforme el tiempo pasaba y la belleza de Elizabeth Bathory decrecía, trató de hacer menos visible su envejecimiento con maquillaje y ropa cara, pero esto no cubriría las arrugas que seguían apareciendo en su cara. Un día, mientras una de sus ciervas la peinaba jaló el cabello de Elizabeth o insinuó que algo estaba mal con el peinado de su majestad. Llena de furia la Condesa abofeteó a la muchacha tan fuerte que empezó a sangrar por la nariz, algo de sangre salpicó a Elizabeth en la cara. Donde la sangre había tocado su cara la Condesa observó, en un espejo, que había sucedido algo similar a un milagro, para sus ojos, la piel que había sido tocada con la sangre había perdido las líneas que la edad había puesto en ella. Elizabeth se convencería de que ella podía recuperar su juventud perdida gracias al vampirismo. Darvulia instruyó a la crédula Elizabeth en como podría ser joven de nuevo. La Condesa creyó en el antiguo credo de tomando la sangre de alguien mas, esto resultaría en la asimilación de las cualidades físicas y espirituales de esa persona. Siguiendo las instrucciones de la bruja, Elizabeth torturaría a jóvenes mujeres vírgenes que raptaba, las flagelaba, las cortaba con navajas y recolectaba la sangre en grandes baldes, para después tomar un baño en la sangre de la virgen. Cuando salía de su baño parecía que se había vuelto de nuevo su joven y radiante. Los ayudantes de Elizabeth la procuraban con mas y mas vírgenes de la villa cercana con el pretexto de contratarlas como ciervas al servicio de la Condesa. Cuando fueron encontrados los cuerpos de las jóvenes desangradas a las afueras del castillo se empezaron a correr rumores de que había vampiros habitando el castillo. La Condesa Elizabeth Bathory continuó sus prácticas aún después de la muerte de su esposo en 1604 (El Conde Nadasdy aparentemente murió de envenenamiento, aun que su muerte fue atribuida también a la brujería). Cuando Darvulia murió otra bruja llamada Erzsi Majorova le dijo que las vírgenes deberían ser de cuna noble. Pero aun que Elizabeth torturó a jóvenes nobles y acompañaba sus baños sangrientos con rituales de brujería Elizabeth nunca recuperó su juventud perdida. Por más de una década los rituales de vampirismo, mutilación y desangramiento fueron perpetrados en más de 650 doncellas. Los rumores decían que Elizabeth tenía toda una corte de vampiros que atacaban a las doncellas de la villa. El juicio de Elizabeth El Reverendo Andras Berthoni, un Pastor Luterano de Csejthe conoció la verdad cuando Elizabeth le ordenó enterrar secretamente los cuerpos desangrados. El Reverendo escribió sus sospechas acerca de Elizabeth en una nota antes de que él muriera. La Condesa se volvió tan notoria que tampoco sus crímenes pasarían desapercibidos por mucho tiempo. Usando la nota del reverendo Berthoni el con Conde Thurzo, primo de Elizabeth, fue al castillo de Csejthe, en la noche de año nuevo de 1610, el Conde Thurzo, el Reverendo Janos Ponikenusz, quien sustituyó al Reverendo Berthoni, encontraron la nota, al algunos de los sirvientes del castillo encontraron la cámara de torturas de Elizabeth, donde no solo encontraron cuerpos de doncellas mutilados de una manera indescriptible, si no también, a la misma Condesa cometiendo estos crímenes. Por razones políticas la Condesa nunca fue llevada a juicio. Permaneció confinada en el castillo mientras sus sádicos ayudantes eran juzgados por sus crímenes, fueron acusados de cargos de vampirismo, brujería y practicar rituales paganos. Todos los torturadores fueron decapitados, excepto por Ilona Joo y Corottya Szentes, a quienes primero les fueron arrancados los dedos antes de que fueran quemadas vivas, la Condesa fue encontrada criminalmente insana y fue emparedada en un cuarto del castillo de Csejthe donde los guardias la alimentarían por una pequeña rendija. Los documentos del Juicio fueron escondidos en el castillo del Conde Thurzo y permanecieron ahí, aparentemente perdidos, por al menos cien años. Casi después de 4 años después de ser emparedada, el 14 de Agosto de 1614, una cadavérica Elizabeth Bathory, la Sangrienta Condesa de Transilvania, fue encontrada muerta.

OTROS VAMPIROS

DOM CALMET

En el "Dictionnarie Philosophique" (1764), Voltaire se permitía llamar la atención acerca de la calamidad que en pleno siglo de las Luces se había desatado, la creencia acerca de los vampiros. Y atribuía mucha de la culpa de esta epidemia al ilustre benedictino de la congregación de S. Vannes y de San Hidulfo, el abate de Senone, el reverendo padre Dom August Calmet.
En 1746, Calmet se permitió publicar un largo tratado, la "Dissertation sur les apparitions des esprits et sur les vampires et revenants", texto que podemos traducir como el Tratado acerca de las apariciones de espíritus y acerca de los vampiros y revinientes, en dos volúmenes. El libro logró un amplio éxito.
El Tratado del padre Calmet en su parte dedicada a los vampiros, no deja de prescindir de los espectros y apariciones; mas puede aseverarse que es el primer estudio amplio respecto a los vampiros en Europa.
En el texto de Voltaire al que hacíamos referencia, se comentaba un hecho curioso, que muestra el interés del filósofo por erradicar una creencia "que provenía de la Grecia cristiana". Traduzco parte de la argumentación:
"Después de algún tiempo, los cristianos del rito griego imaginan que los cuerpos de los cristianos del rito latino enterrados en Grecia no se pudren, porque están excomulgados. Lo cual es precisamente lo contrario por parte de nosotros, los cristianos del rito latino. Creemos que los cuerpos que no se corrompen están marcados por el sello de la beatitud eterna...
"Los griegos están persuadidos que esos muertos hacen sortilegios, los llaman brucolacas o vrucolacas, dependiendo como pronuncian las letras del alfabeto. Estos muertos griegos van a las casas para chupar la sangre de los niños, comer la sopa de los padres y madres, beber su vino y romper todos los muebles. Sólo se pueden matar quemándolos cuando los atrapan. Pero debe metérseles al fugo tras haberles arrancado el corazón, que se quema aparte".
La principal queja de Voltaire, resumamos, es la facilidad con que se comunican la superstición, el fanatismo, los sortilegios y los cuentos de revinientes. Mas agrega un dato de interés: sólo se oyó hablar de vampiros y no de broculacas en Europa a partir de 1730.
Calmet advierte en su opúsculo que el término vampiro proviene de upyr, que significa en lengua eslava "sanguijuela". Y advierte que es el nombre que se les da en las regiones de Moravia, Polonia, Hungría y Silesia, principalmente, a los revinientes.
Asimismo, los lectores de Calmet coinciden en subrayar el interés del tratadista por hacer un análisis de las circunstancias que favorecían el origen de las supersticiones en Europa y las diversas narraciones alrededor del tema, para contrarrestarlas al modo de los grandes disertadores; sin embargo, su trabajo fue un excelente compendio de las leyendas que él deseaba desterrar, aunque prevalecieron.

Veamos algunas de las más notables. Una de las más antiguas inspira ciertamente el opúsculo de Calmet cuando refiere que Charles Ferdinand de Schertz escribió e imprimió en Olmuz --en 1706-- un pequeño trabajo intitulado Magia póstuma, dedicada al príncipe Carlos de Lorena, obispo de Olmuz y Osnabruch.
Relevante de la historia contada por Charles Ferdinand de Schertz --conforme al tratado de Calmet-- es el siguiente episodio:
Había muerto en un pueblo una mujer. Se le habían administrado los sacramentos y se le enterró en el cementerio de manera ordinaria. Mas pasados cuatro días del suceso, los habitantes del lugar escucharon un gran ruido y un extraordinario tumulto, "y vieron un espectro que se aparecía, tanto bajo forma de perro como bajo forma de hombre, no a una persona sino a varias, a las que causaba grandes dolores, apretándoles la garganta y comprimiéndoles el estómago hasta sofocarlas; casi les rompía el cuerpo, y los reducía a una extrema debilidad, de suerte que se los veía pálidos, flacos y extenuados."
El remedio contra estos revinientes era el método explicado por Voltaire: el fuego. Aunque en una narración posterior, atribuida al Conde de Cabreras en 1730 se notifica de un segundo procedimiento: cortar la cabeza. Pero tenemos uno más parecido al método adoptado por la literatura procede de la misma época, 1730, cuando un comisario hizo desenterrar a un reviniente y ordenó que con un clavo de gran tamaño le atravesasen las sienes y lo volvieran a enterrar en su tumba.
Cita Calmet el libro del Marqués d'Argens: las Cartas judías referentes a 1738 y alude a la carta 137 donde se menciona una epidemia de vampirismo ocurrida en Kisilova, aldea próxima a Belgrado, donde se solicitó la presencia de dos oficiales y un verdugo para erradicarla. Se abren las tumbas, y "cuando se llegó a la del anciano, lo encontraron con los ojos abiertos, de color bermeja, la respiración natural, aunque inmóvil como muerto; de lo que se concluyó que era un vampiro señalado. El verdugo le atravesó el corazón con una estaca, se hizo una hoguera, y redujeron el cadáver en cenizas."
Por lo general, las historias de vampiros que cita Calmet deben atribuirse a una publicación o a algún personaje ilustre. Sin embargo las referencias históricas que permitieran una adecuada interpretación de las anécdotas pocas veces ocurren: o bien ha muerto el narrador o contador, o las referencias a los pueblos y personas que involucra la historia son imprecisos.
Esto no ocurre con Arnold Paul, heiduque de Medreïga en Hungría, quien fuera aplastado por un carro de heno cerca de 1729. Al mes de su muerte hubo cuatro fallecimientos súbitos, que debieron atribuirse al vampiro. En este caso fue sencillo identificar que el culpable era Arnold Paul, quien alguna vez había relatado que en una época de su vida había sido atormentado por un vampiro turco cerca de Cassova, en las lindes de la Servia turca.
Arnold Paul confió en la receta de que para curarse del hostigamiento de un vampiro debe comerse la tierra de su sepulcro y frotarse con su sangre. Y ahora él era un vampiro activo. Por ello la autoridad del lugar hizo clavaran su corazón con una estaca, y se le oyó dar un espantoso grito. Luego, cortaron su cabeza y quemaron el cuerpo. Se hizo lo mismo con aquellos que Arnold Paul había atormentado.
Basten estas citas para subrayar la minuciosa colección de ejemplos que integran el trabajo de Calmet, donde se concentran ciertamente la mayor parte los comentarios y referencias de la primera mitad de su siglo respecto a las historias de vampiros.


Arnold Paole

Arnold Paole fue un soldado Serbio que vivió a principios del siglo XVIII. Paole sostenía que mientras estuvo destinado en Gosswa, fue atacado por un vampiro. La gente de esa zona creía que la única manera de librarse de la influencia vampirica era comer algo de tierra de su tumba y rociarse de la sangre del vampiro. Paole sostenía haber practicado el rito.
Aparentemente el método debió funcionar y Paole pudo regresar a su hogar en 1727; Sin embargo murió al poco tiempo de una caída desde gran altura, y fue enterrado. Al poco tiempo de morir Paole empezaron a circular rumores de ataques nocturnos y en poco tiempo 4 personas del pueblo murieron repentinamente.
La gente del pueblo empezó a tener miedo del posible caso de vampirismo y decidieron desenterrar el cuerpo de Paole. Formaron un grupo de dos oficiales militares, dos cirujanos del ejército, y un sacerdote de la iglesia local para investigar en la tumba de Paole. Cuando el grupo exhumo el cuerpo, encontraron el cadáver fresco. No había descomposición del cuerpo de ningún tipo, y de hecho la vieja piel y uñas se habían caído, y habían crecido nuevos para en su lugar. Además la sangre fresca fluía de sus orificios corporales. Cuando un miembro del grupo clavo una estaca en el cuerpo, gritó y la sangre fresca brotó de la herida. El grupo entonces arrojo ajo alrededor del restos de Paole, e hizo igual a cada uno de los sepulcros de las víctimas de Paole.
Algunos años después, otra epidemia surgió repentinamente y se procedió a hacer una nueva investigación en el cementerio. En un informe de dicha investigación se mantiene que se exhumaron por lo menos 16 vampiros de sus tumbas. Todos los descendientes de Paole parecían tener las mismas características que él. Además estos nuevos vampiros llevaban enterrados aproximadamente el mismo tiempo que Paole cuando empezó a atacar. 4 de los vampiros eran niños, y tres estaban enterrados con sus madres.
A pesar de ser este uno de los casos de vampirismo mejor documentados de esa época, no existe testimonio escrito de lo que las víctimas del ataque vampírico vieron al ser atacadas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario