jueves, 9 de diciembre de 2010

Nuevo capitulo de UN NUEVO COMIENZO

Capitulo 7

Una mesa repleta de personas es lo primero que vi cuando salimos al patio. Edward me presentó a todos los miembros de su familia mientras Anne estaba sentada en mis rodillas, lugar que no dejo ni siquiera para comer ya que lo hizo sobre mis piernas. Tanto su padre como su abuela intentaron persuadirla para que se sentara aunque fuera en la silla que había a mi lado, pero ella negó rotundamente.
La madre de Edward, Esme miraba con adoración como ayudaba a la pequeña a cortar su comida. Al principio me dio un poco de vergüenza, ya que no quería que se pensaran que me estaba tomando atribuciones que no eran de mi incumbencia, cosa que paso, al darme cuenta que todos los miembro de la familia que se habían dado cuenta del pequeño detalle sonreían.
Eran todos a excepción de Emmet que estaba bastante entretenido mirando su comida, no se si en ese momento una bomba hubiera caído cerna de nosotros si él se hubiera dado cuenta de algo. Pero era Emmet y eso es parte de su encanto.
La comida paso rápida y agradable, tanto Esme como Carlise, se interesaron por mi vida, y por cómo había terminado trabajando para las ordenes de su hijo.
Al terminar de comer, intente ayudar a retirar la mesa, pero no me dejaron. A cambio me dijeron que si no me importaba, podía subir a la niña a su habitación para acostarla la siesta.
La niña emocionada por la idea, daba saltos alrededor de la mesa. Tomó mi mano y me guio por la inmensa casa hasta que llegamos hasta una habitación decorada con colores rosas y blanco, montones de peluches por las estanterías, y una cama digna de una princesita.
- Me leerás hasta que me duerma Bella? Pregunto.
- Claro que te gustaría.
- Me da igual puedes elegir el que más te guste. Me dijo mientras se quitaba la ropa que llevaba puesta para ponerse su pijama de ositos.
Mire por la estantería, toda la cantidad de libros que tenía. Ya me huera gustado a mí de pequeña tener un cuarto de los libros que tenía ella aquí. Por lo que decanté por uno de mis favoritos cuando tenía su edad.
- Que te parece la Bella Durmiente?
- Si!! Ese me gusta. Además se llama igualita que tu.
- Bien pues si estas conforme empecemos que se nos hace tarde.
Empecé a leer y al principio toda su atención estaba sobre mis palabras, poco a poco, sus pequeños ojitos se fueron cerrando, pero justo antes de que callera rendida, me pregunto.
- Bella?
- si cariño?
- Tu tienes un príncipe. Me quede pensando por un segundo, lo tenia?? Era Edward mi príncipe? Pero al final conteste.
- No cariño, aún no lo he encontrado.
- Mi papa tampoco tiene a su princesa. Se paro un segundo y me miro. Tu podrías ser la princesa para mi papa. Y así yo tendría una mama linda y bonita que me quisiera. Tu me quieres verdad Bella?
- Claro que si cariño, te quiero mucho. Ahora duerme pequeña-
- mmm. Fue lo último que la escuche decir antes de callera dormida.
Deje el libro sobre el escritorio que había en la habitación, me gire y la arrope bien, para después disponerme a salir por la puerta. Pero me quedé en shock al ver que había una persona parada en el lumbral de la puerta, que no había visto hasta ese momento.
- Yo también pienso que seas la princesa para Edward. Dijo mientras mis mejillas tomaban un color rojo. Mi hijo tiene mucha suerte de haberte conocido, y esa pequeña que está ahí dormida, también. Me alegra que ahora seas parte de su vida.
- Gracias Esme. Dije un poco avergonzada.
- Tranquila cariño, no piense que te estaba espiando ni nada por el estilo, llegue cuando estabais teniendo vuestra conversación y no quise interrumpirlas, simplemente me quede para decirte que pienso igual que la niña. Y ahora vamos para la sala que si no Emmet se comerá todo los pasteles que tenía preparados para acompañar el café.
Me tomo del brazo y nos encaminamos al piso inferior, cada una con una gran sonrisa en nuestras caras.
Eran las nueve y media de la noche cuando Edward me llevaba a casa, habíamos pasado una tarde muy agradable junto a su familia, habíamos estado charlando prácticamente toda la tarde hasta que la pequeña Anne requirió la atención de todos, por lo que al final terminamos jugando con la pequeña en el patio. Estaba ensimismada en mis pensamientos cuando Edward me sacó de ellos.
- Que tal te lo has pasado? Pregunto
- Muy bien, tu familia es muy agradable. Me he divertido mucho.
- Siente que Anne no te haya dejado tranquila ni un solo momento, hablare con ella para que no te acapare.
- No tienes que hacer eso, mas bien no lo hagas. Me siento muy a gusto con la niña, además que me lo paso bomba con ella. De verdad que para mi no hay ningún inconveniente en tenerla siempre encima.
- Me alegra que me digas eso la verdad. Dijo con una gran sonrisa en sus labios.
- Que te parece si mañana te invito a comer, así podemos pasar un poco te tiempo juntos.
- Por mi perfecto. Le conteste.
Fue entonces cuando sus labios se posaron sobre los míos. Mis manos instintivamente se posaron sobre sus cabellos revueltos. El beso se fue haciendo mas intenso, tanto que no me di cuenta cuando mi espalda estaba apoyada en la pared del edificio de mi casa. tampoco me di cuenta cuando mis piernas se enroscaron en su cintura ni cuando sin previo aviso mis manos estaban en mi bolso buscando las llaves de mi apartamento.
De repente mi cuerpo ya no estaba fría por estar mi espalda apoyada sobre una pared dura y rugosa, Si no caliente por tener mi espalda bajo una superficie blanda y mullida, y por tener a Edward sobre mi besando cada parte de mi cuerpo, por muy escondido que estuviera.
Mis manos volaron a su camisa y con mis manos temblorosas empecé a desabrochar sus botones.
Mis manos acariciaban su escultural pecho, subían y bajaban por su espalda como si conocieran esa espalda como si fuera la suya propia.
Los labios de Edward iban ocupando los lugares en los que anteriormente estaba mi ropa.
Casi enloquezco cuando se deshizo de mi sujetador y su boca se poso sobre unos de mis pezones, mientras que con una de sus manos masajeaba el otro.
Su otra mano muy hábilmente se deshacía de mis braguitas.
Yo con mis manos poco agiles tarde un poco mas e poder desabrochar su pantalón, pero al fin lo conseguí.
Él con un ágil movimiento se deshizo de ellos quedando con tan solo sus bóxer de color azul marinos.
Unos de sus dedos se introdujo en mi interior, cosa que me hizo sobresaltarme un poco por la impresión.
Tarde poco en acostumbrarme a la intrusión, ya que tenia unos dedos muy hábiles y hacía maravillas con ellos.
- Dios estas tan mojada Bella. Dijo con esfuerzos entre jadeos.
- No pares Edward por favor. Dije cuando sus movimientos empezaron a ser mas rápidos.
Millones de mariposas revoloteaban en mi vientre, esperando en cualquier momento para poder explotar.
Fue introduciendo un segundo dedo en mi interior, para poco después quedarse paralizado. Segundos después me miro con los ojos bien abiertos.
- Eres virgen? Pregunto asombrado.
Mi cara tomo un tono rojo, el más rojo que hubiera tomado en toda mi vida. Instintivamente mis brazos se cruzaron sobre mis pechos, y mi mirada quedo gacha.
- Esto… yo… Carraspeé un poco para que las palabra salieran un poco mas fluidas. …. Si. Fue lo único que pude decir.
- No, Bella no te tapes. Siento si he hecho que te sintieras incomoda, simplemente me ha llamado la atención que tu nunca…..
- Todavía no había conocido a nadie con quien quisiera hacerlo. Le conteste.
- Y no sabes lo feliz que me haces. Dijo besándome. Va a ser magnifico. Dijo volviendo a besarme.
Su mano volvió a mi interior y siguió con la tarea que antes desempeñaba, su boca viajo a mi cuello. Succionaba, besaba y lamia por donde iba pasando. Hasta llegado a mis pechos, a los cuales le hizo lo mismo.
Mis manos tomaron el elástico de sus bóxer y se los bajé, poco a poco y con el mismo ágil movimiento con que se deshizo de sus pantalones, se deshizo también de los bóxer.
De repente volvió a levantar su cabeza, para después levantarse rápidamente hacia donde estaban sus pantalones caído, tomo algo de su bolsillo y volvió a su lugar.
Fue entonces cuando me di cuenta que era un preservativo lo que había ido a buscar. Le lo coloco y me miro directamente a los ojos.
- Esto quizás te duela un poco, pero intentare ir lo más despacio posible. Dijo mientras colocaba la punta de su pene en mi entrada, yo solo puede asentir con la cabeza.
- Si en algún momento quieres que pare solo tienes que decírmelo vale? Volví a asentir.
Poco a poco fue entrando en mi interior, hasta que dio con la barrera de mi virginidad, él no había apartado la vista de mis ojos. Siguió entrando hasta que estuvo completamente en mi interior.
Si que dolía pero era soportable, Edward estuvo quieto hasta que le confirme que podía continuar.
Sus movimientos comenzaron a ser lentos y acompasados, pero yo necesitaba más. Por lo que comencé a mover mis caderas un poco mas rápido. El cogió rápidamente mi indirecta. Sus movimientos eran rápido y agiles lo que hacia ver el cielo sin estar allí presente.
Nuestros jadeos inundaron la habitación, sus embestidas cada vez eran mas intensas, a los pocos segundos mi cuerpo se contrajo de placer. Noté como poco después Edward llegaba a su propio orgasmo.
Cuando nuestros espasmos terminaron, Edward salió de mi para acomodarse al otro lado de la cama.
Rodeo mi cintura con su brazo para acercarme más a su cuerpo.
Note su boca cerca de mi oído poco antes de que susurrara…
- Creo que debería llamar a mi madre para que se quede con la niña esta noche.
- Yo también lo creo. Le dije mientras me ponía a horcajadas sobre él y comenzaba a besar su cuerpo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario