viernes, 10 de septiembre de 2010

Capitulo- 1

Llevaba dos meses y medio trabajando en una editorial en Seattle, hacia poco más de cinco meses que había terminado la universidad y fue una suerte que al mandar la solicitud de trabajo me contrataran tan rápidamente. Me gustaba mi trabajo e incluso estaba bastante feliz, lo único que me faltaba era poder tener a mi abuela más cerca, pero eso era bastante difícil ya que fue bastante reacia a trasladarse aquí conmigo. Tan solo podía resignarme y verla algunos fines de semanas que no tenía mucho trabajo.
Ahora me encontraba yendo a mi casa, era de los pocos días que había salido pronto del trabajo. Realmente lo necesitaba estaba muy cansada, solo quería llegar a casa y poder tirarme en el sofá para poder descansar hasta mañana.
Pero eso no iba a poder ser, había quedado con Ángela y otras compañeras de trabajo para ir a cenar esa misma noche, asique solo podría echarme una pequeña siesta antes de arreglarme para salir.
Acababa de meter un nuevo Cd en el reproductor cuando al levantar la vista me quede petrificada con lo que vi. Pisé el freno con todas mis fuerzas y me quede a escasos metros de una niña rubia que no tendría mas de cuatro años.
Rápidamente me baje del coche para ver si se encontraba bien.
- Cariño estas bien, no recibí respuesta de su parte.
- Estas bien, te has hecho daño? Volví a preguntar.
La niña no dijo nada, solo se abalanzo sobre mi y se abrazó a mis piernas.
- Esta tu mamá cerca? Pregunte. Ella solo negó con la cabeza.
- y tu papa? volvió a negar.
Vale eso complicaba un poco las cosas.
- vamos hacer una cosas si? Alzo la vista y me quede embobada con los tan grandes y ojos verdes que tenía. – te vienes conmigo vale? Voy aparcar el coche y después te ayudo a buscar a tus papas vale? Ella solo asintió con la cabeza.
La tomé en brazos y la lleve hasta el coche, la monte en el asiento trasero y le puse el cinturón de seguridad. Me monte en el coche y me encaminé hacia un parking que sabia que no estaba lejos de allí. Al llegar aparqué el coche y me dispuse a salir. Fui hasta el asiento trasero y saque a la niña.
- bien ya estamos. Me puse en canclillas para estar a su altura y dije.
- yo me llamo Bella y tu?
- Anne. Dijo en un susurro.
- Anne? Pregunte. Ella asintió con la cabeza.
- valla un nombre mas bonito que tienes. Quieres que vallamos a tomar un helado allí en frente y así poder charlar? Pregunte.
- si.
- muy bien, ven dame la mano para poder cruzar.
Y así lo hicimos, al llegar a la heladería, note como se pingaba sobre la vitrina para poder ver mejor.
- quieres que te alce? Así podrás ver mejor. Anne me regalo una sonrisa. La alce y estuvo un rato mirando los diferentes sabores.
- que desean? Me pregunto la dependienta.
- a mi póngame uno de vainilla y tu Anne de que sabor quieres tu helado?
- mmmm tres chocolates.
- muy bien, entonces uno de vainilla y otro de tres chocolate. le dije a la dependienta.
Cuando tuvimos nuestros helados en posesión tomamos asientos.
Llevábamos la mitad del helado cuando todavía no había dicho nada, asique pensé que seria buen momento para romper el hielo.
- Anne, si quieres que te ayude a encontrar a tu papa, necesito que me digas, donde vives o donde trabajan tus papa. Levanto la vista de su helado, que prácticamente ya se lo había terminado y dijo.
- esta mañana mi papa, me dio esto. Dijo mientras que me entregaba un papel doblado por la mitad.
Al abrirlo leí. “Edward Cullen. Cullen Editorials S.L “
- porque te dio tu papa este papel?
- hoy fuimos con el colegio al museo, me dijo que si me extraviaba en el museo que le diera este papel a un policía y que él me ayudaría.
- llegaste desde el museo hasta aquí tu sola? Pregunte alarmada. No es que estuviera muy lejos, pero las calles de Seattle eran muy concurridas podría haberle pasado cualquier cosa.
- en realidad no. Salimos del museo y andamos un rato hasta poder llegar al autobús, pero el cordón del mi zapato se soltó. Me agache a atarlo, pero cuando me levante ya no había nadie de mi colegio.
Todo esto me lo dijo prácticamente de un tirón, pero al final su voz se rompió en un pequeño sollozo.
No podía entender como había gente tan incompetente en el ámbito del profesorado, sobre todo con niños tan pequeños. Es que no se le ocurrió mirar si faltaba algún niño antes de partir con el autobús? Era increíble.
- bueno pues como ya nos terminamos el helado y ya se donde puedo encontrar a tu papa, vamos para allá vale?
- si contesto.
Volvimos otra vez donde se encontraba mi coche, e hice la misma juga que antes, monte a la niña detrás y yo me puse a conducir en dirección a Cullen Editorials.
Tardamos poco más de quince minutos en llegar a nuestro destino, aparque el coche y me baje de él y baje a la niña. La tome de la mano y entramos al edificio.
Fuimos hasta un mostrador donde había una chica joven, rubia bastante despampánate.
- Cullen Editorials, si ahora mismo le paso.
- Cullen Editorials…… no ahora no se encuentra en las oficinas, si….. gracias por llamar.
- Cullen Editorials…..
Como veía que no ponía mucho de su parte, carraspee, pero no surtió efecto. Lo volví hacer, pero tampoco pero lo peor era que levantaba la vista cada vez que lo hacía pero así la volvía a bajar.
Mi cara iba tomando cada vez una tonalidad distinta de roja. Hasta que ya no aguante mas. Me alce sobre el mostrados y puste el botón de colgar del teléfono.
- Ehhhh!!! Que crees que estas haciendo.
- llamar tu atención de una manera un poco menos sutil. Ahora por favor, necesito ver a Edward Cullen.
- si claro, cariño todas queremos ver Eddi pero no creo que eso sea posible.
- así? Y porque?
- porque no pienso avisarle, eres otra buscona de esas que vienen aquí todos los días, desde que se separó. Pero yo no lo voy a consentir. Porque Eddi es mío.
- mmm que bonita declaración de amor, pero claro, que se cree el ladrón que todas somos de su condición no? Ahora por favor avísale, es urgente. Se me esta acabando la paciencia.
- No lo creo, será mejor que te des la vuelta y salgas por donde has entrado.
- bien tu lo has querido. Me agache para ponerme a la altura de Anne.
- sabes en que piso trabaja tu papa?
- en el siete creo. Vamos la tome en brazos y eche a correr.
- Eehh!! Tu no puedes pasar. Gritaba la loca de recepción.
Corrimos hasta llegar a los ascensores, gracias al cielo, fue solo pulsar el botón y las puertas se abrieron. Entramos y pulse el siete rápidamente. Mi dio el gusto de ver como se cerraban las puertas en la cara de la lagarta y de dos guardias de seguridad.
Llegamos a piso siete con Anne en brazos, la puse de nuevo en el suelo y le pregunte.
- sabes por dónde queda la oficina de tu papa?
- por ahí. Me dijo señalando el pasillo de la derecha. Me fije en que todo estaba muy bien decorado, todo en blanco, negro y tonalidades de grises. Era muy bonito. Estaba ensimismada en mis pensamientos cuando choque con alguien.
- lo siento dije bastante avergonzada.
- papá!!!! Oí que gritaba Anne. Se soltó de mi mano para abrazar a la persona con la que había chocado.
Levante la vista poco a poco del suelo, hasta que llegue a la cara del sujeto. Era… era…. Dios que guapo, nunca había visto a nadie tan atractivo en mi vida. Me quedé embelesada mirándole esos ojos verdes que compartía con Anne, no había duda alguna que era su hija.
- cariño que haces aquí, no deberías de estar en el colegio?
- Bella me trajo dijo señalándome. El me miró con el ceño fruncido y yo lo único que pude hacer fue sonreír tímidamente. Pero mi sonrisa se borro cuando me hicieron un placaje y me dejaron en el suelo.
- Bella!! Oí que chillo bella.
Como pude me moví un poco para ver la persona que tenia encima, se trataba de uno de los guardias de seguridad.
-Auch!!!
- Que esta pasando aquí? Pregunto una voz aterciopelada.
- La señorita Denali nos avisó que una mujer había entrado a la fuerza a las oficinas señor culle. Dijo en tipo mientras me levantaba.
- claro no hubiera entrado a la fuerza si la “señorita” de recepción hubiera avisado al señor Culle d que me encontraba aquí, le dije que era urgente y no le avisó asique tome meditas.
- suéltala Gerad, yo me encargo vuelve a tu puesto de trabajo.
- esta seguro señor Cullen?
- si, puedes retirarte.
El tipo me soltó y se fue.
- si te parece hablamos mejor en mi despacho..
- como quieras dije.
Lo seguí hasta unas puertas dobles, la abrió y me quede embobada, mi oficina era como la cuarta parte de esta era enorme además de ser preciosa, hizo que me sentara en un sillón de cuero mientras que él se sentaba en su silla.
- Edward Cullen. Dijo mientras me ofrecía su mano.
- Bella Swan.
- bueno ahora puedes contarme lo que ha ocurrido.
- claro.
Le conté todo desde el casi atropello de su hija, el helado que le compre a la niña para poder hablar con ella y que me diera el papel donde estaba el nombre de la empresa y su nombre, hasta lo que la misma niña me conto, de cómo se había extraviado.
- cuando llegue a recepción de dije a su empleada que era urgente, que necesitaba verlo, pero se negó hacerlo, además que me echo del edificio, alegando que yo solo era una lagarta más que solo quería robarle a su Eddi. Por lo que no tuve otra opción que entrar por la puerta. No me iba a quedar en la puerta esperando a que usted se dignara a salir por ella.
- eso está claro, dijo él.
- gracias por traer a la niña, otra persona solo la hubiera llevado a las autoridades o simplemente no hubiera hecho nada. Dijo conto bastante agradecido.
- no hay de que, solo lo hice porque vi que la niña estaba bastante asustada.
- De todas maneras gracias.
- bueno, si todo está aclarado yo me voy. Espero no tener problemas para salir del edificio con su perro guardián.
- no, no lo tendrá de todas maneras no creo que ese perro dure mucho mas ahora.
- bien, ha sido un placer conocerle señor Cullen. Dije entregándole mi mano como despedida. Al tomarla, note una descarga eléctrica al igual que la que sentí al tocarlo la primera vez. Levante la vista y ahí estaba él mirándome de manera curiosa.
- lo mismo dijo señorita Swan.
Salí de la oficina, y me encontré con Anne dibujando con ayuda de la secretaria de Edward.
- Bella!!! Grito cuando me vio.
- bueno preciosa, me tengo que ir.
- ya tan pronto te vas.
- si cariño, ya te ayude a encontrar a tu papa. ten cuidado si?? E intenta no volver a extraviarte. Le dije mientras le besaba la mejilla.
- adiós bella.
- adiós preciosa. Dije antes de encaminarme hacia los ascensores otra vez.
Cuando el ascensor marco el piso cero las puertas se abrieron, y me encamine hasta la puerta para irme a casa, donde ya solo me daba tiempo para arreglarme rápidamente. Pero antes de irme, me gire para ver la lagarta del día y despedirme de ella con la mano. Su cara se puso roja como un semáforo y sus ojos destilaban ira. Me reí de lo patética que puede llegar a ser la gente.

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