Nuevo capitulo de UN NUEVO COMIENZO

CAPITULO 5

Por la mañana desperté de mejor humor que cualquier otra mañana, quizás mi subida de humor se debiera a que esta misma noche tenía una cena con la persona que me quitaba el sueño desde hacía unos días, por las noches.
Me levante de la cama con mis energías renovadas para mi nuevo trabajo, me di una ducha rápida y mientras me vestía puse la cafetera para que el café se fuera haciendo. Me puse un taje de chaqueta azul con falda que me llegaba a la altura de la rodilla, una camisa banca y unos zapatos negros a juego con mi bolso de mano.
Me tome el café rapidito, ya que hoy y hasta el jueves que me dieran el coche, tendría que ir en transporte publico. Salí de casa, bastante acelerada, ya que iba un pelín retrasada. Abrí la puerta del portal y salí prácticamente corriendo, no me di cuenta que había un coche aparcado al lado de la acera hasta que escuche a alguien carraspear. Me gire y cuál fue mi sorpresa al encontrarme a Edward allí. Una sonrisa se asomo por mi cara.
- Buenos días señorita Swan.
- Buenos días señor Cullen. Es una agradable sorpresa, pero me podría decir que es lo que hace aquí?
- Como no tenias coche he venido a recogerte, si no te importa claro, el echo de viajar conmigo.
- me encantaría, pero no tenias que haberte molestado, hubiera cogido el transporte sin problema, lo he hecho durante años.
- No es ningún problema, es un placer para mi.
Fue entonces cuando se dio la vuelta y abrió la puerta del copiloto y me ayudo a subir a l coche. Tuvimos una charla agradable durante el trayecto a la oficina, yo le pregunte por la niña y con una gran sonrisa en sus sexys labios me contesto, oh por dios! Dije sexis, me fije en ellos, y en realidad si que lo eran tan rosados y sensuales que daban ganas de besarlos…. Creo que estoy perdiendo la cabeza pensé.
Llegamos poco después a la oficina y como todo un caballero me ayudó a bajar del coche. Pasamos por recepción sin parar en la mesa, mi gran amiga me echó una de sus miradas asesinas, lo próximo era escavarme el hoyo donde enterrarme.
Me acompaño hasta la puerta del despacho de Jasper.
- Espero que tengas un buen día Bella.
- Igualmente, y gracias por todo.
- No tienes nada que agradecer. Recuerda que esta noche tenemos una cena pendiente. Como olvidarlo, pensé.
- Claro, nos vemos a la salida
- Esta bien, nos vemos en recepción sobre las cinco y media.
- Perfecto, hasta la noche.
Pase al despacho de Jasper, él me enseño el lugar donde iba a trabajar y por supuesto me dio trabajo a realizar. La mañana pasó rápida. Conocí a Jane otra de las editoras nuevas que habían contratado la semana pasada.
A la hora del almuerzo baje a la cafería de la empresa, tome una ensalada, un poco de pollo a la plancha y una coca. Me senté en una de las mesas vacías y me dispuse a comer. Me había bajado una de las novelas que tenía que revisar, estaba inmensa en mi lectura cuando noté que alguien se sentaba a mi lado, gire la cabeza y vi que era Jasper quien se había sentado.
- Está ocupado, dijo con una sonrisa en su cara.
- No, te puedes sentar tranquilo, no muerdo. Dije.
- Sabes la hora del almuerzo es para descansar, no para seguir trabajando.
- Me gusta mi trabajo, no me molesta leer mientras que como.
- El jefe se pondrá contento al saber que eres tan aplicada, aunque él ya está contento con tu presencia verdad? Me gire y vi como me miraba con una sonrisa burlona.
- Pues me imagino que lo justo y lo necesario, no?
- O quizás más…. Tienen una cena esta noche verdad? Pregunto, yo lo mire asombrada, como se había enterado?
- No te preocupes, me lo dijo su hermana, la familia esta bastante feliz de que vuelva a salir.
- Eres amigo de la familia o algo? Pregunte incrédula, no sabia porque me decía estas cosas, es como si su familia estuviera como al acecho.
- Deja que me presente. Soy Jasper Whitlock, marido de Alice Cullen. Vamos que soy el cuñado de Edward.
- Que bien, la empresa queda en familia no?
- Bueno no tanto, en realidad de la familia en la empresa solo trabajamos Edward y yo.
- Tío Jasper!!!! Escuche de fondo. Me gire y vi a Anne corriendo en dirección a su tío acompañada de una chica bajita, morena con el pelo de punta, era muy guapa.
- Bella? Pregunto confusa a unos pasos de su tío cuando me vio. Bella!!!! Chillo y cambio el rumba para llegar hasta mi en vez de donde su tío.
- Hola preciosa, como estas?
- Bien Bella, y que haces aquí? Dijo alzando los brazos y señalando el lugar.
- Trabajo aquí.
- enserio? Trabajas con tío Jazz y Papa.
- Si son mis jefes. Se acerco a mi oído despacio y susurro.
- Si no se portan bien contigo, me lo dices y yo les regaño, vale?
- Vale, yo te digo si ellos se portan mal para que puedas ponerles un castigo.
La niña me abrazo fuerte y me dio una beso en la mejillas.
- Que pasa que para tu tío no hay abrazo o qué. Se quejo Jasper.
- Claro que si tio Jazz sabes que eres mi tio favorito.
- UY, UY dijo la chica, mejor que eso no lo oiga Emmet o se pondrá celoso.
- Ya que no nos presentan, me presento sola. Soy Alice Cullen, y tu debes de ser la famosa Bella.
- No creo que sea famosa, pero si, soy Bella.
- Eres mas famosa de lo que crees. Dijo mientras que se acercaba y me daba un beso en la mejilla.
Estuvimos un buen rato hablando en la cafetería mientras que terminamos de comer, al terminar cada uno fue a su puesto de trabajo a excepción de Anne y Alice que iba a visitar a Edward.
La hora de la salida llego pronto, por lo que cuando el reloj marco las cinco y media, recogí todo, metí algunos papeles en el portapapeles, me puse la chaqueta y salí dirección recepción.
Al llegar Edward aún no había llegad asique espere en uno de los sillones que había para las visitas.
Había pasado ya casi media hora y la gente me miraba raro ya después de estar tanto tiempo sentada en el mismo lugar, empezaba a preguntarme si Edward se había olvidado de la cita.
Dudaba entre subir a su despacho o irme sin más. La duda desapareció cuando apareció cuando las puertas del ascensor se abrieron.
- Siento mucho el retraso. Dijo cuando se acerco a mi.
- No pasa nada, si estas muy ocupado lo podemos dejar. Dije con pena porque en realidad si que quería cenar con él.
- No, solo tuve una reunión a última hora que se atrasó, se verdad que siento que hayas tenido que esperar.
- No te preocupes de verdad, el trabajo es el trabajo.
- Bien vamos? Pregunto.
- Claro.
Nos subimos en su coche y condujo hasta un restaurante que desde afuera parecía muy elegante, no me lo quería imaginar por dentro.
- vamos a cenar aquí? Pregunte con un poco de miedo, no creía traer el atuendo adecuado para cenar en un sitio como ese.
- Claro por que? No te gusta? Pregunto con un poco de pena en su rostro.
- No! Dije rápidamente, solo que no creo traer la ropa adecuada para cenar aquí. Dije sinceramente.
- Pues yo creo que estas perfecta. Dijo mirándome a los ojos, para después hacer un barrido con su mirada, desde mis pies has mis ojos nuevamente. Yo como no, me puse roja como un tomate.
- Vamos, dijo tirando de mi mano.
- tengo una reserva a nombre de Edward Cullen. Le dijo al chico de la mesa.
- Claro, pasen por aquí por favor. Les acompañare a su mesa.
Una vez nos acomodamos en la mesa, el chico volvió a hablar.
- Un camarero los atenderá en unos momentos. Se dio la vuelta y se marcho.
- Que tal estuvo tu día pregunto?
- Muy bien, bastante trabajo pero bien.
- Hay bastante retraso la verdad, espero que con las nuevas incorporaciones valla a mejor.
- Estado revisando algunas novelas que tienen buena pinta y otras que ufff no hay por donde cogerlas.
- Suele pasar.
Una camarera llego a los pocos minutos.
- Han pensado lo que van a beber? Pregunto mirando a Edward.
- Bella? Pregunto Edward.
- Yo agua por favor. Dije.
- Para mi igual. Contesto él. La chica se dio la vuelta y dejo dos cartas sobre la mesa.
La camarera volvió al de unos momentos con la bebida, nos tomo nota de lo que íbamos a comer.
Edward y yo pasamos una velada bastante encantadora, le conté sobre mi abuela y de las ganas que tenía de volver a verla, el tema de la madre de Anne paso un poco desapercibido, solo dijo que estaba divorciado y no mucho mas, tampoco yo quise meterme mucho mas en el tema. Se le notaba que no estaba a gusto con ese tema de conversación, asique le di un cabio radical de tema cosa que pareció agradecer. Le hable de que había conocido a su hermana en el almuerzo y que había visto a Anne.
- Tenía muchas ganas de verte. Me dijo Edward.
- Es una niña muy agradable, parece muy madura para la corta edad que tiene.
- Le toco madurar de golpe, dijo después le dio un sorbo a su copa.
- Ya. Dije en realidad no sabia que decir.
Comimos por unos momentos en silencio, cosa que duro poco cuando volvimos a sacar tema de conversación, era muy fácil hablar con él por que simplemente hablábamos de cualquier cosa, nos divertimos mucho, pero la hora de llegar a casa, llego pronto.
Me llevo hasta mi casa y me acompaño hasta la puerta del portal.
- lo he pasado muy bien, le dije al darme la vuelta para enfrentarlo.
- Yo también. Este fin de semana vamos hacer una barbacoa en mi casa si quieres podrias venir, Anne estaría encantada.
- Yo…. Seria genial no? Dije emocionada.
- Entonces esta dicho, el sábado barbacoa en mi casa, también estarán Alice y Jasper y mi otro hermano y su mujer.
- Genial! Sera divertido, seguro.
- Eso seguro, sobre todo si tu estas allí. Dijo mientras se acercaba poco a poco hasta que sus labios tocaron los míos. Fue un beso suave pero maravilloso, llevaba tiempo pensando en cómo sería el besar sus labios.
Profundizo un poco el beso, pero lo tomo con tranquilidad. Sus manos se aferraron a mi cintura mientras que mis manso volaban hacia su cuello y pelo.
Poco después nos separamos, ambos jadeando.
- Mañana pasare a por ti. Dijo.
- No es necesario, puedo tomar el transporte.
- No quiero que tomes el transporte, vendré a recogerte, no es ningún problema.
- si insistes, dije con una sonrisa en mi cara. Me encantaba que se preocupara tanto por mí.
Se acerco de nuevo a mi y me dio un corto beso en los labios.
- Nos vemos mañana Bella.
- Hasta mañana Edward.
Se monto en su coche y vi como desaparecía por la esquina de mi calle.
Estaba que esa noche al igual que las anteriores soñaría con Edward Cullen, pero esa noche con más razón.
Toque mis labios con una de mis manos una vez entre a mi apartamento, una risilla tonta me salió del interior. Estaba feliz, muy feliz y esa felicidad tenía un nombre EDWARD CULLEN.